Some days ago I received a message from Jesús Reina asking me to step in and play in a festival Málaga Clásica. I started to learn immediately am three pieces: Saint-Saens sonata for violin and piano n1, Mendelssohn string quartet n2 and Brahms trio n3. I had only 2 days to learn all these new pieces for me. Almost didn’t sleep this time but finally enjoyed to play with fine musicians. Many thanks to Jesús Reina, Anna Margrethe Nilsen, Misha Dacic, Eleanor Kendra James, Krzysztof Karpeta and Kiryl Keduk.
Revista Scherzo:
MÁLAGA / Sólidas creaciones
José Antonio Cantón
13/06/2019
La segunda jornada del Festival Málaga Clásica ha estado dedicada a dos de las creaciones más sólidas del repertorio camerístico de Camille Saint-Saëns y Johannes Brahms, que se acompañaron con un pequeño apunte lírico de Puccini. El concierto se inició con la Sonata para violín y piano nº 1 en Re menor, Op. 75 del mencionado compositor francés en la que intervinieron el violinista kazajo Erzhan Kulibaev y el pianista serbio Misha Dacic, notándoseles un pequeño periodo de adaptación al principio de su interpretación. Así, se pudo apreciar en la tempestuosa introducción del Allegro agitato que abre la obra, posiblemente por la alternancia de dos métricas ternarias pensadas seguramente por el compositor para crear un clima de desasosiego, que empezó a tomar sentido en la ejecutoria de los intérpretes, para quedar totalmente ensamblados en un segundo motivo de manifiesto diálogo, generándose un definitivo ajuste entre ellos en ese ritmo agitado a la vez que sincopado que tal pasaje pide.
El entendimiento manifestado en el Adagio subsiguiente dejaba a las claras la experiencia e instinto musical de ambos, al lograr esa tensión armónica que pide el estilo lied, en el que Kulibaev asumió la responsabilidad de canto con una expresividad que se vio realzada por la calidad pianística de Dacic, un verdadero maestro de la pulsación desde su “horowítzica” posición de las manos en el teclado, como quedó de manifiesto en el equilibrado obstinado ritmo del segundo motivo.
Con una marcada tensión a modo creciente, acentuaron el carácter cantabile y a la vez coral de esa especie de scherzo que contiene el tercer movimiento, un moderado allegro de ligera estructura, cuyas funciones dominantes se repartieron los instrumentistas con encomiable efectividad, para, en attacca, abordar seguidamente el virtuosístico Allegro molto final con un apreciable aumento de sus prestaciones técnicas: el violinista, manteniendo un insistente movimiento perpetuo sobre acentos pianísticos de admirable factura y Misha Dacic creando un turbulento color sonoro que parecía perseguir al violín en su intercambio de protagonismo, dejando una sensación de asombro en el oyente ante el grado de tensión sonora logrado en el final de esta obra. Seguramente esta espectacular interpretación de la primera sonata de Saint-Saëns quedará como una de las más brillantes de la presente edición del Festival.